En la enuresis secundaria el niño, que ya había controlado esfínteres, por lo menos por seis meses (inclusive puede presentarse después de haberlo hecho por varios años”, vuelve a orinarse en la cama.
Puede estar relacionado con regresiones, algo que por ejemplo se vincula al nacimiento de un hermano. En caso de que los padres acudan a un centro especializado se recomienda que la evaluación sea interdisciplinario.
Sipowicz destaca que en la terapia psicológica “es muy importante el trabajo con la familia, porque muchas veces el niño es el síntoma de una disfunción”.
Alerta, asimismo, que el reto no es recomendable. “Por eso hay que trabajar mucho con los padres”, afirme.
Silvia Araceli Montoya, también psicóloga infantil, destaca que en el proceso de aprendizaje de control de esfínter intervienen factores culturales, neurofisiológicos y también emocionales. También puede haber una falla en ese proceso, que implica la ruptura de la simbiosis madre-hijo, de la autonomía.