“Mientras se siga trabajando, siempre alguna posibilidad de éxito existe, aunque es verdad que, pese a los esfuerzos y la magnitud de la investigación, aún no se ha logrado dar con el o los autores del hecho”, afirmó Javier Di Santo.
Al tener que dar explicaciones por qué, a seis años del crimen, no hay ningún sospechoso imputado, expresó que no todas las investigaciones arrojan resultados positivos.
“Se investigaron todas las hipótesis pero no se logró el objetivo, por diversas circunstancias aleatorias. Podemos investigar seriamente, científicamente, y no lograr un resultado. No tenemos la bola de cristal, nos basamos en la prueba y a veces no tenemos éxito en su búsqueda”, manifestó el funcionario.
El fiscal admitió que “no se pudo determinar el móvil del crimen y, si bien muchos han hecho interpretaciones, ningún testigo aportó datos de relevancia directa sobre quién tenía motivos para matarla”.
“Hay una paridad de hipótesis y la investigación tuvo picos en los que la fuerza probatoria iba por uno u otro lado. Es una investigación atrapante, compleja, que tuvo varias puntas de ovillo pero al llegar, se cortan”, se sinceró Di Santo.