“En mi juventud también fui un apasionado y revolucionario, pero seguí los lineamientos de Perón”, manifestó ayer De la Sota en una conferencia realizada en Buenos Aires.
Y agregó: “Se enamoraron de las armas y de la violencia y llevaron a miles de jóvenes idealistas a la muerte. Sin embargo, siguen libres y algunos de ellos están en el Gobierno o son asesores”.
No es la primera vez que De la Sota cuestiona a las organizaciones armadas. Ya lo hizo en 2003 cuando protagonizó una controversia con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
En Córdoba, su ausencia y la de otros dirigentes delasotistas de peso no pasaron inadvertidas en el debate inaugural del juicio de La Perla.
La única funcionaria provincial que estuvo fue la ministra de Justicia, Graciela del Valle Chayep.
Consultada por la ausencia del gobernador, respondió que el gobernador estaba “muy interesado” en el juicio, pero que no había podido asistir a la primera audiencia por cuestiones de agenda. Y agregó que el proceso será muy largo, “así que seguramente va a asistir en alguna oportunidad”.
En las organizaciones defensoras de los derechos humanos, esta circunstancia fue contrastada con la actitud asumida por el exgobernador Juan Schiaretti, en oportunidad de realizarse el primer juicio contra Luciano Benjamín Menéndez, por la comisión de delitos de lesa humanidad durante los años de plomo de la Argentina reciente. Entonces, Schiaretti asistió a la primera audiencia en Tribunales Federales.