Ubicada a los pies del Parc Güell, diseñado por el famoso arquitecto modernista catalán Antoni Gaudí, la popular barriada es también feudo de los movimientos sociales alternativos y anticapitalistas.
Las casas “okupas” son un símbolo del barrio, igual que su potente movimiento vecinal nacido durante el franquismo y que recobró sus fuerzas con la irrupción de los indignados en mayo de 2011.
En este barrio de pequeñas callejuelas en las que prácticamente sólo se escucha hablar catalán, el tradicional partido independentista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) suele conseguir la mayor cantidad de votos.
Sin embargo, otro partido independentista, de izquierda y alternativo, la Candidatura d’Unitat Popular (CUP), se abre camino con fuerza en Gracia y fuera de los reductos separatistas, al calor de una crisis que suma nuevos adeptos a la causa separatista.
Algunas encuestas indican que la CUP, un partido que ya está presente en muchos municipios catalanes, entrará con fuerza en el Parlamento. El cabeza de lista en Barcelona, David Fernández, es un periodista y reconocido activista del barrio de Gracia.
El ascenso de las CUP tuvo lugar tras la manifestación separatista del 11 de septiembre en Barcelona, que motivó el adelanto electoral en Cataluña.
“Para nosotros, independencia es liberación social”, explica Urko, un joven militante de la CUP que reparte volantes del partido en Gracia.
“Estamos más en contacto con los problemas sociales, como los desalojos por impago de hipotecas, por eso estamos creciendo”, indica.
“El independentismo es algo de hace mucho tiempo en Cataluña, pero creció con la crisis porque muchos ven que el dinero, la riqueza que se crea aquí, se va para Madrid”, dice por su parte Sandra Rull, de 34 años.