Villa Carlos Paz. Anoche, el Flaco Pailos inició su nueva temporada en Carlos Paz con Rápido y gracioso (fernet exceeded), una obra que mezcla lo más clásico del humorista cordobés con algunas pinceladas novedosas e interesantes.

El preferido por la franja de treintañeros cautivó durante casi dos horas a una platea cómplice con trabajados sketches, monólogos que en realidad son diálogos (a dúo con el insuperable "Japo" Molas en efectos especiales y musicales), y un elenco de baile y música que viste al show de principio a fin.

En el medio, claro, el carisma de Pailos, encaminado a convertirse en el referente de la nueva generación de humor con tonada y que parece dirigirse a las plateas como si se tratara de grandes tribunas populares: con fanáticos que cantan como hinchada propia y festejan como si estuvieran haciendo un gol de media cancha. Tanto es así que nadie se molestó por el retraso de una hora que sufrió el comienzo del show en la sala 1 de Holiday Cinemas.

Beethoven fue el encargado de abrir la noche con acordes serios. Un violinista se sumaría a la historia ambientada allá por el 1800, hasta que llega el heavy Eloy, quien se tuvo que poner un apodo porque cada vez que salía su madre le decía "cuidate Eloyito".

A partir de allí, hubo una catarata de "bolú", "culeá", "pelotú", aunque ahora se trata de un espectáculo más cuidado.

El trío encabezado por el heavy Pailos realizó varios juegos musicales, adaptando Para Elisa a otros géneros, o el tradicional Himno a la alegría.

La introducción fue simplemente eso, un vermú. Después llegaron Pailos y Molas con ropa de pilotos para comenzar a toda marcha su set de chistes sin cesar. Chistes que, además de los efectos, estuvieron mechados con buenos juegos de video. Es que en un formato bien retro, se versionaron a El Zorro como entrerriano, a Rocky como porteño y al Hombre Araña como cordobés. Antes, pasaron series como Kung Fu, La Familia Ingalls y tantas otras que para el público de entre 30 y 40 resultaron conocidas y cautivantes.

Baile, más humor, un sketch, un cuento... Y otra vez Pailos. Para el aplauso interminable.