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SERRIZUELA. Volvió a meter un gol de tiro libre y le dio la victoria a Belgrano por 1-0. |
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El cañón pirata |
Por Pablo Giletta l De nuestra Redacción |
pgiletta@lavozdelinterior.com.ar
El anuncio de que las populares se habían agotado se conoció el sábado, varias horas antes del partido. Y, después del golazo de Juan José Serrizuela y consumada la victoria de Belgrano sobre Gimnasia (LP), por 1-0, la inquietud quedó flotando en el ambiente del Chateau. “Si seguimos así, ¿dónde vamos a meter tanta gente?”, era la exageración de los hinchas.
En la previa del juego, el incesante desfile de autos embanderados con trapos celestes ya hacía presagiar un marco imponente.
Según la estimación oficial de la Policía de Córdoba, el mundialista congregó ayer a 32 mil personas. La oportunidad fue propicia para poner en funcionamiento el sistema de cámaras estratégicas en los accesos al estadio y su entorno, lo que permitió a la fuerza policial la detención de cinco personas por reventa de entradas.
La gente disfrutó más de lo que sufrió el partido. Hubo una ovación para Juan Carlos Olave, festejos cada vez que la radio cantaba un gol de Aldosivi a Talleres, silbidos para Luciano Leguizamón cuando se fue lesionado (la gente le facturó su paso por la “T”, la temporada pasada) y una explosión cuando el árbitro Juan Pablo Pompei marcó el final del pleito.
Salvo por el penal que Olave le atajó al predilecto de la gente, Paolo Frangipane, la tarde cerró redondita para los piratas.
Tentado de volver al barrio
Justo cuando los buenos resultados y la euforia parecían haber hecho olvidar el mito (o no tan mito) de que el Chateau es frío, queda lejos y de que, encima, desde sus tribunas el partido se ve mal... justo cuando eso parecía ya no importarle a nadie, el presidente de Córdoba Celeste, Armando Pérez, desenterró las nostalgias del barrio.
“Estamos pensando en ampliar nuestra cancha. Todavía no hay un proyecto oficial. Cuando lo haya, oportunamente, daremos a conocer de qué se trata”, dijo el gerenciador.
Después, algún que otro dato se le escapó. “Tengo entendido que, a partir del año que viene, habrá obras de refacción en el Chateau, por lo que no lo vamos a poder usar. De ser así, algo vamos a tener que hacer en el Gigante”, justificó Pérez.
¿Cuál es la idea? Construir una tribuna, con capacidad para 12 mil ó 14 mil personas, donde hoy está la popular bajita, que da espalda al pasaje Hualfín, entre otras refacciones que el escenario de barrio Alberdi necesita para adaptarse a las exigencias de la Primera División.
Teniendo en cuenta los plazos que implica una obra de esa envergadura, no sería extraño que el anuncio se produzca en cuestión de semanas.
Pero, al margen de que se concrete o no la ampliación del Gigante, vale rescatar lo que significa Córdoba como plaza futbolera. Que valga la comparación: hace ocho días, hubo 18 mil personas en la cancha de Quilmes para ver a un Estudiantes puntero, con Verón en sus filas; y ayer, en el Estadio Córdoba, Belgrano casi duplica esa cantidad. Todos se fueron felices.
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